
Ha pasado mucho desde febrero, desde el último post. Muerte de mascotas, accidentes súbitos, operaciones consecutivas, cambio de hábitos, de posiciones y el ritmo frenético de nuevas labores. Ha habido de todo. Y ahí me encuentro, como toda vez que parto, tanteando, estirando los brazos fuerte y de a poco, sin avallasar, sorteando embestidas, desafiando la novedad con cierta indiferencia y estilo, digámoslo. Esquivando la ansiedad y conduciendo el viraje para que no me lleve justo hasta donde no quiero llegar, porque eso sí lo he tenido claro: sé dónde no ir. Agarro las anclas que puedo sostener con nueve extremidades, aunque eso signifique escribir diciendo nada.
2 comentarios:
Tu nunca escribes para decir nada. Fuerza Tato, yo tengo toda confianza en ti.
Abrazo!
Flora tiene toda la razon.
Los desafios están hechos solo para los grandes como tú
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