17 mayo, 2008

Mayo 68' desde adentro: Entrevista con Alain Krivine

“Street Fighting Man” del álbum Begar’s Banquet de los Rolling Stones sonaba fuerte, muy fuerte. Corría el año 1968 y el barrio latino de Paris se convertía en el epicentro de una de las manifestaciones populares más grandes de la historia.
Movimiento cínico, teatral y psicodramático para algunos; inspirador y libertario, para otros, justo al cumplirse 40 años mayo sigue siendo tema político en Francia.
En el curso de ese mes miles de universitarios salieron a las calles a protestar y luchar contra un algo indefinido y confuso. Incómodos con el sistema, jóvenes –principalmente de clase media– quisieron manifestar su malestar contra el mundo conservador y autoritario de posguerra. Pensaban que las cosas podían ser distintas y mejores aunque no sabían cómo exactamente. Fue un movimiento explosivo y expansivo. Estudiantes de Estados Unidos, México, Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia, principalmente, fueron estimulados por la rebelde erupción del mayo francés.
Los detonantes inmediatos de la revuelta se relacionan con la lucha contra un sistema universitario arcaico; con la creciente conciencia social de determinados sectores de la nueva clase media francesa que comenzaban a comulgar con la visión tercermundista, hecho notorio desde el conflicto con Argelia (ex – colonia francesa) en 1954; e indudablemente con el repudio generalizado a la intervención de USA en Vietnam, en torno al cual se definieron muchas de las nuevas izquierdas occidentales, incluida la Nouvelle Gauche francesa.
Por debajo, venía dándose un proceso algo más profundo y complejo relacionado con la irrupción de una fuerza social –antes inexistente– que intentaba hacerse un espacio en medio de estructuras sociales fuertemente tradicionalistas. Para Hobsbawm, a diferencia de otras clases o colectivos sociales más antiguos, los estudiantes no tenían un lugar concreto al interior de la sociedad, ni unas estructuras de relación definidas con las mismas.
Sin duda era una fuerza nueva. En el caso de Francia, al término de la Segunda Guerra, el número de universitarios no sobrepasaba los 100 mil y en 1960 los 200 mil. En el curso de esa década la cifra aumentó a cerca de 650 mil.
De un momento a otro, Francia se paralizó. Los estudiantes lograron arrastrar a amplios sectores obreros con un resultado asombroso: casi 10 millones de huelguistas en las calles asfixiando al gobierno del General De Gaulle.
Pese a ser la más grande manifestación popular contra un orden existente, mayo del 68’ no llegó a ser una revolución. En términos culturales, la revuelta logró un cambio de mentalidad asociado a la autodeterminación, la primacía de la realización personal, la creatividad, la autogestión, en fin la valorización absoluta del individuo por sobre toda regla y normativa autoritaria.
En términos sociales con la firma del Acuerdo de Grenelle el 25 de mayo –que puso fin a la huelga– se logró un aumento del salario mínimo en 35% (600 francos por mes) la legalización de secciones sindicales al interior de las empresas y de una cuarta semana de vacaciones pagadas al año.
Como corolario, el movimiento marcó el fin de la era De Gaulle, quien, tras un referéndum, debió abandonar el poder.

¿Qué queda hoy de mayo del 68’ después de 40 años?

Quise preguntárselo a la figura mediática más emblemática de esta revuelta Daniel Cohn Bendit –“Dany le Rouge”– hoy eurodiputado e irónicamente flamante promotor de la idea de olvidar este acontecimiento (el chico sonriente de esta magistral foto). Mi intento por contactarlo fue frustrado por una persona identificada como la Asistente nº 2 de este ex – revoltoso estudiante franco-alemán, hoy ya no tan incómodo con el mundo en el que vive. Como esperaba, Cohn- Bendit está por estos días tremendamente ocupado con sus asuntos en el parlamento europeo y con más de 200 peticiones de entrevistas de medios mucho más serios e influyentes que el irregular, antojadizo, pero noble Piso Dos [no le comenté a la amable Asistente nº 2 acerca de las estadísticas de mi cuenta de google analytics que arrojan cerca de 180 visitas mensuales a este blog, con cierta insistencia eso sí de fanáticos (as) que tengo perfectamente identificados (as) y a los (las) cuales aprovecho de agradecer su apoyo incondicional en esta nueva forma de hacer periodismo llamada “cuando yo quiero”].

Pero habían más, muchos más. Pese a ser una de las piezas claves, la revuelta no la hizo Cohn Bendit. Al lado de él y entre millones de estudiantes encendidos habían por supuesto otros dirigentes, menos carismáticos quizá pero igual de influyentes, como Alain Krivine, Jacques Sauvageot y Alain Geismar.

Con Krivine (el chico serio de esta no tan magistral foto) pude hablar sin mediar protocolo alguno. El “señor K”, así conocido en los pasillos de la Liga Comunista Revolucionaria francesa en la que ha militado durante 35 años, sigue plantado en la misma vereda política que pisó cuando se transformó en uno de los líderes de la revuelta. Eterno trotskista, su ánimo de imprimirle mayor radicalismo al movimiento entró frecuentemente en conflicto con el espíritu más desideologizada de la mayoría de los sesentaiochistas.

Krivine, uno de los que vivió día y noche en el Barrio Latino y se postuló a la presidencia de Francia dos veces –la primera el año 69’ con resultados desastrosos, la segunda, el 74’, le fue peor– reflexiona en exclusiva para Piso Dos sobre la revuelta de mayo. Y lo hace desde adentro, como uno de sus protagonistas. “K” sigue pensando en revolución.

¿Cuál fue su rol en el movimiento de mayo del 68?

Durante muchos años fui responsable de los estudiantes comunistas de la Sorbona y desde 1965 porta voz de las Juventudes Comunistas Revolucionarias. En ese contexto, yo participaba de todas las reuniones cotidianas entre los principales responsables del movimiento. En 1968 trabajaba a medio tiempo en una casa de edición, la que tuve que dejar desde que comenzó el movimiento para irme a vivir las 24 horas al Barrio Latino.

¿Cuáles fueron las causas a nivel internacional y nacional que originan la revuelta?
La revuelta estudiantil fue un fenómeno en el que se conjugaron dos grandes fuerzas. Primero, el cuestionamiento del anquilosado sistema de las universidades por parte de un naciente movimiento estudiantil formado principalmente por jóvenes de clase media. Esta revuelta universitaria se va a conjugar con una politización de la juventud durante las movilizaciones internacionales contra la intervención de Estados Unidos en Vietnam.
Pero en Francia, y más tarde en Italia, hubo una convergencia con el movimiento obrero. Durante 4 semanas Francia conoció la paralización general más grande de su historia, con 9 millones de obreros en huelga, ocupando sus fábricas y levantando banderas rojas.
Engañados por 10 años de demagogia el mundo del trabajo venía de entender que De Gaulle era de derecha, hecho evidente tras la ordenanza de 1967 que frenó los logros de la seguridad social. “Diez años es suficiente” se escuchaba comúnmente.

En ese momento el movimiento no tenía un programa definido. ¿Cuál era la estrategia bajo ese aparente desorden? Esta revuelta, en gran parte espontánea, no tenía ningún programa y ninguna estrategia. El movimiento quería todo: terminar con el capitalismo, el nacionalismo, la guerra, pero de manera confusa y sin ninguna alternativa creíble. Cada día se discutían las iniciativas del día siguiente pero no se lograban avances concretos. Por ello terminó siendo una revuelta, una insurrección, sin alcanzar a ser una revolución.

¿Podría haber existido tal revolución si el lazo entre estudiantes y obreros hubiese sido más fuerte? Una de las mayores debilidades era la fragilidad de los lazos entre estudiantes y obreros. La convergencia entre ambos grupos no iba más allá de las calles. La dirección del Partido Comunista educó a los trabajadores en la desconfianza hacia los estudiantes “pequeños burgueses y gaullistas”. Además, los obreros no estaban dispuestos a darle el poder a los líderes estudiantiles.

En ese momento usted era trotskista y el carácter del movimiento era más bien desideologizado… Justamente nosotros sabíamos hasta dónde el movimiento no iría, conocíamos sus debilidades, pero sin prever hasta dónde iría. Mi debate con Cohn Bendit era sobre la necesidad de no quedar pasivos frente a la falsa “democracia directa” de la Asamblea General. Frente a esa caricatura nosotros proponíamos la elección de delegados controlables y revocables capaces de aparecer a nivel nacional como un poder real y creíble frente al del Estado y, asimismo, de responder de manera concreta al grito de centenas de miles de manifestantes: “el poder a los trabajadores”. Para la mayo del 68’ era un intento por deconstruir toda ideología.

Entre todas las frases escritas en los muros de Paris ¿Cuál es la más representativa para usted? “Bajo el pavimento, la playa” (Sous les pavés la plage”), es un buen resumen, queríamos una sociedad completamente liberada.

¿Cuál es su reacción frente a la tesis de Cohn Bendit de olvidar mayo del 68’? Él dejó de creer en la revolución y en la necesidad de cambiar la sociedad, aún cuando guarda buenas ideas sobre los problemas que la aquejan. En el parlamento europeo, entre 1999 y 2005 nos topamos algunas veces sin tener mayor contacto. El se transformó en un buen liberal después de haber sido un buen vocero del 68. Cambió su mirada y está en su derecho.

En 2007 Sarkozy se hizo elegir llamando públicamente a odiar el movimiento de mayo. ¿Se puede hablar de un legado profundo del 68 en la sociedad francesa si una mayoría elige a un presidente que acusa a los sesentaiochistas de la decadencia de la sociedad? Esta ataque contra mayo del 68 resume el carácter agresivo, provocador y sobre todo reaccionario de Sarkozy. La mayoría de los franceses recibió mal esa agresión. Hay que decir que en los sondeos de opinión, Sarkozy pasó de tener un 60% de apoyo a un 35%.

Más allá de Grenelle, ¿Cuáles son los legados más importantes de mayo? ¿Qué queda en la sociedad francesa de la revuelta? El sistema capitalista ha hecho que la mayor parte de los acuerdos de Grenelle hayan desaparecido a causa de la inflación, las privatizaciones y la degradación de las condiciones de vida.
Por el contrario, queda la idea de que la sociedad se puede rebelar incluso en países capitalistas avanzados. Ahora bien, hoy día existen más razones para rebelarse que en la década del 60’, pero para lograr un cambio es necesario un programa alternativo de fuerzas políticas capaces de provocar una ruptura viable. Mayo del 68’ es un periodo bisagra que marca el comienzo de una nueva clase obrera y la aparición de nuevas fuerzas de movilización: las mujeres, los inmigrantes, los sin techo, los ecologistas.

En las últimas llamó mucho la atención Olivier Besancenot, candidato de su partido, quien obtuvo un apoyo considerable de la población. Pareciera que sus ideas, incluso su aspecto, están algo inspiradas por la ola sesentaiochista. ¿Qué representa Besancenot en Francia y cuál es el proyecto de la Liga Comunista Revolucionaria? Hoy día nosotros o somos capaces de entrar en un nuevo periodo o nos quedamos en el contexto de la mundialización y del sistema de libre empresa que atenta contra los pueblos y el mundo del trabajo. La izquierda reformista tradicional está en plena crisis porque la derecha no le da más que migajas para hacer reformas, por lo que se coloca frente a nosotros la necesidad de construir una nueva izquierda anticapitalista e internacionalista.
Ese es el proyecto de la Liga Comunista Revolucionaria en Francia y, claramente, una pieza clave en eso es Olivier Besancenot, quien alcanzó cerca de un millón y medio de votos en la última elección presidencial (la cifra más alta alcanzada por la izquierda antiliberal, obtuvo el quinto lugar de doce candidatos). El encarna de todas maneras el ánimo revolucionario del 68’, pero a la vez la renovación generacional indispensable para lograr que los sueños se transformen en realidad.
[producción, realización y traducción entrevista Piso Dos ©]

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimadísimo,

Interesante artículo, me surgen muchas preguntas.

No entiendo qué pasó con los jóvenes. El acuerdo que señalas no incluye cambios para ellos; ¿son los jóvenes actores sociales? ¿o fueron sólo un medio? Ni el propio señor K los menciona: "Mayo del 68' es un periodo bisagra que marca el comienzo de una nueva clase obrera y la aparición de nuevas fuerzas de movilización: las mujeres, los inmigrantes, los sin techo, los ecologistas."
¿Cómo se constituye un movimiento social de jóvenes, cuando el inevitable inconveniente del paso del tiempo los hace desaparecer como categoría social? o "fuimos realistas, ahora vivimos con lo que hay". Entonces me queda la duda, ¿cómo esa explosión revolucionaria pasa a ser un proceso de cambio social?
Chile 2006; los pinguinos se toman las calles, y como resultado, dos años después se presenta una ley con urgencia en el parlamento que paradójicamente busca institucionalizar lo que los jóvenes rechazaban.
¿La tesis de Hobsbawm es sobre el pasado sólamente, o se sigue aplicando?

Por otra parte, el tema de la nueva izquierda; ¿qué significa anticapistalista e internacionalista? ¿Cómo las izquierdas de hoy y las potenciales se plantean ese derrumbe del capitalismo? ¿Cuál sería el sistema económico alternativo, diferente y viable? No sé cuál es la propuesta. No sé si debería salir en tu artículo, debería explicarlo Krivine, o supones que los/as lectores/es deberíamos saberlo por cultura general.

¿Soy yo una de esos fanáticos insistentes?

Como ves, tu artículo funciona muy bien como despertador. Podrías incluir datos para que los ignorantes podamos saber más; recomendar libros, pelis, documentales, links, etc. Creo, eso sí, que le falta una conclusión. No todo está dicho, claro, pero dinos, ¿qué buscas al decir lo que dices?

No dejes de avisarme para las próximas ediciones, porque efectivamente las disfruto. Me gusta mucho tu prosa. Te felicito por tu iniciativa y lo del nuevo periodismo.

Besos.

Juan Emar dijo...

Te felicito por la producción y la entrevista.

Te pasaste, muy buen nivel.

Si me preguntaras, yo creo que el mayor legado de mayo del '68 es lo que evidencias aquí: el cómo se lee mayo del '68 hoy.

Las declaraciones de Sarkonazi, el hacerse el loco de Cohn Bendit, o la persistencia de Krivine.

El legado está ahí: se nos enrostra cómo las intenciones chocan con la realidad, como las intenciones -en los conformistas- se adaptan a la realidad, el tipo de persona que hay tras la sonrisa y junto a Carla Bruni...en fin. No es menor el dato de la caída de la popularidad.

Y nuevamente, ¿Cuál es el lugar de la consecuencia?

¿Existe realmente?

Saludos

Anónimo dijo...

Me pareció un artículo muy interesante, sólo quisiera emitir un breve comentario. Creo que la actitud pro activa y participativa de la juventud se debe en gran parte a los grandes avances logrados en mayo del 68. Cito a modo de ejemplo las huelgas y posterior toma de las universidades en París por el tema del CPE (contrat première embuche) en 2006 y las movilizaciones en contra de la inmigration jetable el mismo año. La primera de ellas logró pequeños avances, de la segunda no estoy segura.
De cualquier forma, me agradó bastante el artículo.

Saludos,
PA

Anónimo dijo...

vale compadre, otra vez escribiste con inteligencia y con estilo tan agradable e ironico !!

tendria que anadir algunos datos, aunque me parece impresionante que entendiste tanto un movimiento muy especial y debatable frances.
asi, me parece un poco fuerte tu critica de Cohn-Bendit ; no me gusta tanto el chico pero me parece que al no querer hablar de nuevo de ese movimiento, al no querer usar de nostalgia, demostro que tenemos que enfrontar los problemas de nuestra epoca y no seguir con una polemica tan antigua ; ademas a mi me parece que sus posiciones de hoy dia son mas utiles que las de Krivine quien jamas cambio de discurso y que tiene una analisis muy special de mayo 68

olvidaste tambien algo super importante que explica bien porque ese movimiento no se transformo en una revolucion : el 30 de mayo 68, la derecha llamo a una contra-manifestacion que logro a reunir mas de 100 000 personas en Paris y en las elecciones legislativas de junio, los partidos pro-De Gaulle ganaron facilamente ; la sociedad francesa ordono a sus estudiantes que regresar en clase, poniendo fin a la recreacion
pero el poder no dejo surdo a ese movimiento y el sistema educativo cambio totalemente para ir tras mas pedagogia ; ademas, las leyes feministas (pilulas contraceptives, abortion...) de los anos 1970 son consecuancias de ese movimiento

vale, disculpa por el castillano ... y gracias por sus articulos !!
ciao
romain